Ana María Matute (1987). El polizón del Ulises. Barcelona: Editorial Lumen
Míriam Granados Pérez
Una Ítaca para Jujú
Jujú, el protagonista, es un niño que muestra una ilusión constante por
conocer el mar, y está dispuesto hacer todo lo posible para alcanzar su sueño.
El desván de la casa mantiene vivo su deseo: se trata de un lugar resguardado y
solitario en el que Jujú puede recrear todo un mundo de fantasías marítimas.
El título de la obra deja entrever una posible analogía con una
famosísima obra clásica: La Odisea. Se
trata de una adecuación de la historia de Ulises mediante un juego inverso de
sueños: Ulises parte del mar y desea llegar a Itaca (la tierra) mientras que Jujú
parte de la tierra (su casa) y desea llegar al mar.
El proceso de metamorfosis que
sufrirá el protagonista en el final de la obra es la consecuencia principal de
las diversas peripecias de Jujú para conocer el mar. Y, como en la obra
homérica, la significación del viaje para lograr lo deseado (el mar) acabará
por ser más relevante que la realización del propio sueño tan largamente
anhelado.
La exposición de los acontecimientos, por parte de la autora, es clara y
concisa, pues no se debe olvidar al receptor del relato: el niño. Se trata de
una narración en tercera persona, con un estilo apropiado y una herramienta de
apoyo visual cuidadosamente diseñada por Hugo Figueroa que facilita al lector
infantil la comprensión de la historia.
Pero, lo principal, es que Ana María no se deja intimidar por los
posibles lectores juveniles y traza un argumento en el que el componente
literario (diversas intertextualidades y múltiples referencias a obras
clásicas) emerge de forma natural. La creación de un cuento para niños que reúne
forma y contenido altamente literario es una laboral que la autora realiza de
forma extraordinaria. El polizón del
Ulises es, sin duda, un libro principal en las aulas de primaria que ayuda
en la formación de lectores literarios.
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