viernes, 15 de enero de 2016

"Campos de fresas" de Jordi Sierra i Fabra

Reseña Campos de fresas

Jorge Sainz Sánchez

            Jordi Sierra i Fabra es uno de los autores más importantes en el ámbito de la literatura infantil y juvenil en España. Ha escrito una gran cantidad de obras y ha recibido innumerables premios por ellas. Además, desde los años 60 es un gran estudioso de la música y, en el año 2003, creó su propia fundación para ayudar a cumplir sus objetivos a jóvenes que tienen la ambición de adentrarse en un mundo tan difícil como es el de la literatura.  

            Campos de fresas es una obra que fue publicada por este autor en el año 1997. Desde esta fecha, ha tenido una gran repercusión entre los jóvenes y muestra de ello, son los numerosos premios que Fabra ha recibido por ventas y las más de diez ediciones que se han realizado hasta día de hoy.

            La historia comienza con una inesperada llamada de teléfono avisando a los padres de Luciana.  Ésta se encuentra en coma tras tomar una pastilla de droga. A partir de este punto, se inicia un debate entre la vida y la muerte por parte de la protagonista, metaforizado por el autor como una partida de ajedrez (mayor afición de Luciana). Mientras la protagonista lucha por su vida, se cuentan las acciones y las actitudes de los familiares y amigos en las tensas horas de espera del coma. Estas acciones dotan a la novela de tintes dramáticos (sentimientos de los familiares y amigos) y policiacos (búsqueda del “camello”) que logran acaparar la atención del lector.

          Podemos señalar que Fabra, con gran astucia, reúne en la novela todos los ingredientes para que los jóvenes se interesen por ella: una temática que les resulta atractiva (drogas), un grupo de amigos, un estilo directo con un gran número de diálogos  y un lenguaje sencillo que, en ocasiones, roza lo vulgar. Además, en “la pandilla” podemos reconocer a personajes que son tópicos y que no nos resultan extraños. Encontramos a la pareja (Cinta y Santi), al buen estudiante y novio de la protagonista (Eloy), la enferma de bulimia (Loreto), los festeros (Máximo y Raúl), etc…

            A pesar de todas las características mencionadas que disparan el número de ventas de la novela, hay que señalar que, literariamente hablando, no podemos considerar Campos de fresas como una obra excelsa. Sí que puede ser un libro de concienciación para los adolescentes respecto al peligro de las drogas. Desde ese punto de vista sí que puede ser útil, ya que muestra a los alumnos la cruda realidad de ese mundo y las fatídicas consecuencias a las que se pueden llegar.

            En definitiva, estamos ante una novela que es muy requerida y muy aceptada por los lectores adolescentes. Se trata de una obra que puede ser útil para la concienciación de los alumnos por la temática de drogadicción que propone y por los tintes dramáticos que aporta, ya que pueden sensibilizarles.  Fabra ha sabido captar su atención con características propias de la literatura juvenil. Sin embargo, es una obra que no quedará en el recuerdo. No es una obra única, se trata de “una más”, puesto que ya hemos leído otras que se asemejan. Podríamos considerar Campos de Fresas como el A tres metros sobre el cielo del siglo XX, por citar algún ejemplo similar. Por ello, bajo nuestro punto de vista, no debería ser tratada como referente en el mundo de la literatura y, por tanto, no debería formar parte del canon literario juvenil.      

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