Cartas de invierno es una
obra escrita por Agustín Fernández Paz, uno de los escritores de literatura juvenil
más valorados y que ha llegado a obtener el Premio Nacional de Literatura
Infantil y Juvenil.
Esta
historia de intriga fue publicada en 1995 y ha sido traducida al catalán,
español, vasco y portugués. Es una historia que mantiene en vilo al lector
desde el inicio gracias a los cambios de perspectivas a los que recurre el
autor, ya que la historia posee tres narradores diferentes, debido a que la obra
es en gran medida de forma epistolar. La obra comienza cuando Teresa recibe una
carta cuyo remitente es su hermano Xavier, en la que advierte a su hermana de
un peligro que le acecha y le pide que avise a la policía si no se pone en
contacto con ella posteriormente.
Puesto
que su hermana no se queda tranquila, lee el sobre que era únicamente destinado
para la policía si su hermano no daba señales de vida, y en él su hermano,
Xavier, cuenta los últimos acontecimientos en la vida de Adrián, su amigo, y en
el suya, que les llevaron a la situación en la que se encuentran. Y es que,
tras ver un anuncio de una casa embrujada en el periódico, Adrián decide
comprarla. Este, tras haber preguntado a varios del pueblo, descubre que los
vecinos cuentan que a pesar de estar deshabitada, en ocasiones, se oyen voces y
se ven luces.
Toda la
acción se averigua mediante cartas que está leyendo Teresa, por lo que ella va
descubriendo lo mismo que nosotros según vamos adentrándonos en la historia. Adrián
va narrando en sus cartas a Xavier cada una de las cosas que le ocurren en la
casa, en la que le llegan extraños mensajes a través del fax y del teléfono. Encuentra
un grabado en el desván que va cambiado y le cuenta cómo va incrementando su
miedo a medida que pasan los días. Descubre una habitación tapiada de la casa
en la que hay una trampilla de la que sale un fuerte hedor. Adrián va a entrar
y se despide por si no vuelve a mandar más cartas, y efectivamente no lo hace.
Seguidamente se encuentra la narración de Xavier, de lo que hizo al leer las
cartas, que asustado por el contenido,
decide ir a visitar a su amigo Adrián de inmediato.
Llegó a
la casa y no había rastro de la pared que había derrumbado Adrián y tras la cual
había encontrado la habitación tapiada, como si todo hubiese sido una broma de su
amigo. Encontró el libro de grabados que había mencionado en las cartas y horas
después el mismo grabado de la chica cambió, por lo que se dio cuenta de que Adrián
le había dicho la verdad en sus escritos. Rompió la pared y encontró un cartón
en el que Adrián le pide que huya mientras pueda. Sintió miedo y envió a su
hermana la carta sin esperanza de volver a salir de la casa.
Xavier pensó
que no había otra opción que quemar la casa y así lo hizo. Cuando llegaron el
inspector de policía y Teresa, la casa estaba en llamas y no encontraron a
ninguno de los dos, ni tan siquiera la trampilla de la cripta. Teresa siguió
buscando explicaciones, y encontró el libro de los grabados, que decidió llevar
a la casa y quemarlo. Una vez lo quemó, hubo un terremoto, y se fue al coche
pensando que todo había terminado para siempre, que no volvería a ver a ninguno
de los dos en el mundo de los vivos.
Es un libro que te mantiene intrigado desde el comienzo y que recomendaría
a los alumnos de 2º y 3º de ESO, puesto que se trata de una obra con
vocabulario bastante sencillo y al no ser demasiado extensa les será fácil de leer. Es un libro interesante que les va a provocar seguir leyendo hasta
terminarlo por completo.
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