Escenarios
fantásticos,
Joan Manuel Gisbert, Ed Labor, 1984, 3ª ed., 191 págs.
El
lector que se adentre en Escenarios
fantásticos
se
topará con un auténtico canto a la imaginación estructurado en
tres historias con títulos tan sugerentes como Jardines
del dirigible, La danza de las imágenes gigantes y El parque de
atracciones del Arco Iris,
que ya hacen presagiar que estamos ante todo un estímulo
imaginativo. Es a través de personajes no estereotipados cómo
descubrimos todo el mundo de fantasía que tanto caracteriza la obra
de Joan Manuel Gisbert, sin dejar a un lado el componente de misterio
que también está muy presente en su producción. Así es como un
jubilado aficionado al maquetismo y las novelas policíacas se
convierte en el desencadenante de la entrada en acción de Demetrius
Iatopec, un mago y domador de espejismos que tiene como objetivo
vital desarrollar las fantasías y sueños: empleará todo su
esfuerzo, tiempo, ingenio y dinero en el estímulo de la imaginación.
El
relato de los acontecimientos se presenta desde una estructuración
lógica y justificada, que dota a la narración de total
verosimilitud. Los planteamientos y razonamientos dan a los hechos
narrados un carácter científico que el lector los acepta como
absolutamente probables. Nathalien Maris, un periodista de la revista
«Imagination», especializado en fenómenos misteriosos y en busca
del artículo que lo encumbre en su carrera, se dirige al lector
concediéndole la «primicia» sobre la finalidad de la «misteriosa
colección de espejismos de Demetrius Iatopec». En un diálogo con
el receptor, le informa de la objetividad de su relato, puesto que se
basa en documentación encontrada por él mismo y de lo que escuchó
de los propios labios de Iatopec, aunque, como se perdieron algunos
documentos, insta al lector a que complete con su propia imaginación
aquellas partes de su relato que lo necesiten.
Podemos
encontrar cómo la fuerza que ejercen las masas llegan a ser
realmente poderosas y son capaces de conseguir lo que se propongan:
como todo un bello jardín florido con biblioteca para el disfrute de
todos. Del mismo modo se nos presenta la importancia de perseguir los
sueños, ya que se muestra cómo llegan a hacerse realidad o ...
espejismo. Otra idea que encontramos a lo largo de toda la obra es la
capacidad que todos llevamos dentro de crear, imaginar, ilusionarnos.
Como apunta Dionisio, el jubilado capaz de crear más de cien
historias diferentes con voluntad e ilusión, eso sí, disponiendo de
los estímulos adecuados y, sobre todo, de práctica, mucha práctica:
«cualquiera puede hacerlo porque la imaginación es algo
inagotable»; para lamentarse luego porque nunca nadie se lo dijo
siendo joven porque habría creado muchísimas más. Todos somos muy
capaces de lo que nos propongamos, de lo que seamos capaces de soñar
e imaginar.
Escenarios
fantásticos
es
una obra especialmente recomendable para chavales de entre 12 y 14
años que incorpora ilustraciones de Miguel Calatayud quien muestra
su preferencia por la temática de ciencia ficción y policíaca. En
sus ilustraciones podemos encontrar referencias al futurismo
vanguardista, visualmente tan sugerente y por la recreación de esas
máquinas imposibles y maravillosas al mismo tiempo, capaces de
transformar, poner voz o simplemente reflejar lo que cada individuo
que las utilice lleve en su interior. Porque en definitiva ésa es la
idea que hilvana toda la historia: sacar lo maravilloso que cada uno
tiene, porque sí que lo tiene, lo que sucede es que la mayoría de
veces no nos han dicho cómo hacerlo visible.
Desde
los textos expositivos donde se precisan las maniobras
científicamente estudiadas para transportar espejismos, hasta las
descripciones profusas en el manejo y construcción de las
atracciones: la cámara de las cosquillas, la máquina de fabricar
cuentos, la pantalla mental, el túnel que lee los sentimientos, el
teléfono que conecta con el misterio, pasando por las notas y
formulaciones de hipótesis, es cómo se explican todos los hechos
inexplicables y fuera de la normalidad que encontramos a lo largo de
toda la obra.
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